¿Chocolate y joyería?
¿Existe alguna relación entre dos productos que, a priori, parecen tener muy poco en común?
¿Y si fuese posible encontrar un maridaje perfecto entre uno y otro?
¿Suena intrigante?
Entonces acompáñame. Soy José Francisco Alfaya, máximo responsable de 925lab, y en esta ocasión me gustaría analizar contigo un caso de estudio que confío en que resulte inspirador para ti.
¿Vendes joyas? Si eres uno más, serás uno menos
Lo primero es lo primero. Y lo primero, en este caso, es hablar de diferenciación. De diferenciación relevante, para ser exactos. Sin esto, no hay marca. Sin marca, en el sector del lujo, no hay mucho que hacer. La opción de aspirar a la mera subsistencia, de ir sobreviviendo sin pena ni gloria, hace tiempo que dejó de ser una opción. Supongo que lo tienes claro.
Como sabes, es posible aplicar distintas estrategias competitivas, aunque todas ellas se basan, en última instancia, en algún tipo de diferenciación. Hoy vamos a abordar un ejemplo concreto.
Caso de estudio: ChoKolate Luxury
ChoKolate Luxury es una marca que existe. Su artífice es el diseñador y artífice joyero Lluis Solano, de Palafrugell, y tiene como lema «Joyas con gusto: un placer para las mujeres».
Voy a tomarme la licencia de tomar esta idea como punto de partida para explorar posibilidades contigo. Algunas de ellas tal vez sean aplicables para Lluis; otras, quizás no… lo importante es el ejercicio en sí. Lo cierto es que el concepto puede dar mucho juego. Por ejemplo, ¿qué tal Jewelry for chocolate lovers o Jewelry for chocolate addicts? Podría parecer una idea un poco alocada, de modo que debemos preguntarnos… ¿existen -o es posible establecer- nexos entre joyería y chocolate? Veámoslo.
La industria española del cacao y el chocolate factura unos 1500 millones de euros cada año. Se trata de un producto alimentario al alcance de casi todos, sí, pero existe también una amplia oferta de productos gourmet. La chocolatería de lujo existe y, en consecuencia, es posible crear lazos con otros productos de lujo, como la joyería.
En el mercado internacional son muchos los chocolates de alta gama, elaborados con ingredientes tan especiales como la trufa negra de Perigord o cognac francés de 50 años. O incluso con láminas de oro, como las trufas de Delafée. En España tampoco somos ajenos a este fenómeno, en 2018 el maestro chocolatero Juan Mari Iriarte Baleztena lanzó los bombones de chocolate Ekhi. Poco después, tabletas rociadas con oro «que buscan recrear el sabor de tres países diferentes: Ghana, con un gusto más cítrico; Madagascar, con un tenue sabor a frutos rojos; y Venezuela, con un toque de frutos secos y regaliz».
La intensidad de la apuesta puede modularse. Desde incorporar a una tienda que ya exista una sección con algunas productos de chocolate premium de marcas reconocidas hasta destinar un amplio espacio a una «boutique chocolatera» para ofrecer una verdadera «chocolate experience». Echando la imaginación a volar, ¿tendría sentido habilitar un obrador propio con un maestro chocolatero? Quizás sea un exceso, pero tampoco sería imprescindible: ¿sería factible forjar alianzas con otros negocios locales que ya se dedican a elaborar productos de chocolate? Son muchas las pastelerías/confiterías que elaboran bombones y chocolatinas, por ejemplo.
En realidad, podemos ampliar el abanico de posibilidades todo lo que queramos:
- ¿Podría plantearse algún tipo de colaboración con un restaurante de prestigio, de modo que se estableciese algún tipo de nexo entre sus postres de chocolate y las joyas de la firma? No hay más que ver las maravillas que se elaboran con motivo de la Pascua para imaginar alhajas elaboradas con chocolate.
- ¿Y el turismo? ¿Sería factible aprovechar el tirón del turismo gastronómico? Puede resultar chocante, pero existen centros de peregrinación para los apasionados por el chocolate por todo el mundo. ¿Suena bien? En este artículo de Javier Zori del Amo para la revista Tráveler puedes descubrir algunos de ellos: «16 chocolaterías que merecen un viaje». En España hay donde elegir, tal y como explica Marcos Mosteiro en este artículo publicado en The Luxonomist: «Encontramos la mejor bombonería del mundo». Y si contemplamos el turismo cultural, surgen oportunidades como la que aprovechó la feria Joya Barcelona en su colaboración con el Museu del Xocolata de Barcelona en su edición de 2017.
- ¿Explorar la suscripción como modelo de negocio? Joanne Gould le dedicó un completo artículo a este asunto en Independent: «8 best chocolate subscription boxes that are so good, you won’t want to share».
- ¿Regalos para empresa y obsequios para invitados a ceremonias? Dale una vuelta, a mí se me ocurren unas cuantas opciones.
- ¿Entregas a domicilio? ¡Por supuesto! Al igual que las joyas, los productos de chocolate también se pueden enviar adonde el cliente quiera. O cestas para regalo.
- Etc.
Podría continuar añadiendo puntos al listado anterior, pero creo que es suficiente. Ahora me gustaría plantear posibilidades acerca del surtido de producto «precioso». Porque, claro está, el catálogo de joyería disponible también debería ser un reflejo de la idea que nos ocupa y esto es algo que Lluis está haciendo ya. Para muestra, un botón:
Las posibilidades son enormes… desde diseños inspirados en la composición molecular del cacao, como Emily Alice, hasta crear abalorios sobre esta temática o experimentar con un clásico como es el huevo de Pascua.
¿Y a nivel de materiales? ¿Tendría sentido apostar por gamas de color que evoquen el chocolate? El abanico de gemas puede ser interesante, comenzando por diamantes cognac o perlas de Tahití.
¿Y la presentación de los productos? ¿Cómo se podría jugar con eso?
Proyectos híbridos en el sector joyero
Un proyecto de esta naturaleza, que juega con la idea de combinar dos áreas de negocio, a priori, diferentes, gira en gran medida torno al concepto de concept store. El objetivo será generar sinergias entre ambas áreas, cada una con su idiosincrasia. Es evidente que cada tipo de producto presenta sus pecualiaridades y esto debe sopesarse con la calma necesaria (los productos alimentarios son perecederos y necesitan unas condiciones de conversación y transporte determinadas, mientras que la joyería presenta requerimientos en ámbitos como la seguridad, por ejemplo).
Para que algo así funcione debe reflejarse a todos los niveles, con el propósito de crear una experiencia de cliente única, que anime a visitar el punto de venta físico y, cómo no, a interactuar a través de otros canales, como el online. ¿Acompañar cada joya vendida con un bombón? ¿Organizar degustaciones en las que se hable tanto de chocolate como de gemología? Cada una de estas categorías de producto puede servir como reclamo para generar tráfico en tienda, despertar la curiosidad de los medios de comunicación, generar contenidos, etc. En última instancia, generar una comunidad alrededor de la propuesta de valor de la firma.
¿Y si tuviésemos que comenzar a ver la joyería con una perspectiva diferente?
Uno de los ejemplos que más llaman la atención en el curso online de 925lab «El futuro de la joyería en el canal retail: claves para triunfar en el S. XXI» es el de la chocolatería de Bulgari, presente en sus hoteles y resorts:
Como puedes ver, la idea puede dar mucho juego. En caso de que te apetezca aportar alguna idea de cosecha propia, no dudes en hacerlo en el espacio habilitado para comentarios bajo estas líneas.
Si consideras que te vendría bien contemplar tu negocio desde una óptica diferente, quizás te interese analizar los servicios de consultoría de 925lab. Por cierto, ¿te has suscrito ya a nuestro boletín gratuito? Newsletter de 925lab.
LLuís Solano dice
Apreciado Sr. José Francisco Alfaya,
Ha sido toda una gran sorpresa que nuestro modelo fuera digno de interpretación y meditación. Y mucho más viniendo de reconocidas personas como es usted.
Desde nuestra empresa siempre estamos buscando nuevos modelos y nuevas formas de diferenciación, no solamente de la competencia, sino mucho más que diferenciarse de los otros competidores.
Nuestra intención es hacer para el cliente que su compra no sea la mera compra de un producto de consumo. Queremos que sea una experiencia.
Por ello, lo que tenía de ser el 2020, expandir la empresa y nuestro producto a otras tiendas multi marca, que aprecien el concepto, esperamos que sea el próximo 2021. Aún tenemos un problema al que dar una solución: encontrar un chocolate o bombón que en verano no se estropee, problema que estamos en vía de solución.
Pero creemos que las primeras palabras, ampliamente acertadas, con las que ha empezado, «La opción de aspirar a la mera subsistencia, de ir sobreviviendo sin pena ni gloria, hace tiempo que dejó de ser una opción» son el alma mater, o la primera directriz, que tendríamos de aplicar en todas las empresas: la innovación y la constante adaptación al mercado para conseguir ser un referente.
Gracias
Lluís Solano
José Francisco Alfaya dice
Muchas gracias, Lluís, adelante con la innovación y la búsqueda de la excelencia. Nuestro sector necesita propuestas valientes y disruptivas 🙂