Los diamantes creados por el hombre están llamados a marcar un antes y un después en el sector de la joyería. Tanto es así, que se trata de uno de los asuntos que analizamos en el curso de 925lab «El futuro de la joyería en el canal retail: claves para triunfar en el S. XXI», recogiendo reflexiones de expertos como Paul Zimnisky o Udi Sheintal.
Seguro que has oído hablar de las diferencias que existen entre los diamantes de extracción, provenientes de la minería, y los diamantes creados por el hombre. Pero… ¿has oído hablar de diamantes que reúnen ambas características? ¿No? ¿No te suena? Pues ve tomando nota, porque vas a escucharlo más veces en el futuro.
Ahora bien, seguro que te suena un poco raro eso de «diamante de extracción creado por el hombre». Normal. Como ya te habrás imaginado, tiene truco.
El diamante que hizo saltar la liebre en los laboratorios del G.I.A.
El Gemological Institute of America (G.I.A.) ha informado recientemente de que su laboratorio de Nueva York detectó una piedra que presentaba características muy extrañas. Veamos qué ocurría con ese bellísimo diamante azul de 0,33 quilates.
El nitrógeno es un defecto habitual en diamantes de extracción, mientras que el boro, por el contrario, es una impureza infrecuente en este tipo de piedras. Por tanto, es muy raro encontrar diamantes de extracción que presenten tanto boro como nitrógeno. Además, esta piedra combinaba tipologías Ia y IIb. A esto había que sumar otras características anómalas, como defectos SiV. No voy a extenderme más en cuestiones gemológicas (las conclusiones del análisis del G.I.A. están disponibles en el artículo titulado «A Synthetic Diamond Overgrowth on a Natural Diamond»), ya que nuestra prioridad en 925lab es el análisis de este tipo de asuntos desde un punto de vista empresarial. La conclusión a la que llegó el equipo del GIA fue que se había utilizado un diamante de extracción como núcleo para incorporar una capa adicional de diamante en laboratorio. ¿Y todo esto para qué?, te preguntarás. Pues para conseguir que ese diamante fruto de la minería adquiriese color azul.
Conseguir un resultado así no es fácil ni barato, pero a medida que la tecnología siga simplificando el proceso de «cultivar» diamantes veremos más casos como éste.
¿Amenaza u oportunidad?
Ahora llega la pregunta del millón: ¿nos encontramos ante buenas o malas noticias? Como ocurre con todo en esta vida, nos encontramos con pros y contras.
- Por una parte, se incrementa el riesgo de fraude, aunque los dispositivos para discriminar diamantes en función de su naturaleza (de extracción o creados por el hombre) son cada vez más efectivos.
- Por otra parte, se abren interesantes posibilidades para poner al alcance de nuestros clientes diamantes con características excepcionales… minimizando, además, el impacto medioambiental. Eso sí, siempre con transparencia, identificando con precisión las características de cada piedra (procedencia, tratamientos, etc.).
¿Qué piensas acerca de estos diamantes «naturo-sintéticos»? Comparte tu opinión en el espacio reservado para los comentarios y todos nos enriqueceremos.
Bonus.- «This Blue Diamond Is Natural—and Also Synthetic» por Rob Bates en JCK Magazine.
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