La industria de la joyería es, por tradición, conservadora. Las materias primas más frecuentes son las mismas desde hace miles de años y, como es obvio, los metales preciosos han acaparado, por derecho propio, todo el protagonismo: plata, oro, platino. Y para de contar… aunque la investigación sobre nuevos metales preciosos no cese y se produzcan nuevos hallazgos, como el osmio.
Sin embargo, pensar que «ya está todo inventado» sería un error. ¿Quieres saber por qué? Porque no es así. Soy José Francisco Alfaya, máximo responsable de 925lab, y te lo voy a demostrar (si me das la oportunidad).
El concepto de «supermetal»
Es probable que nunca hayas escuchado el término «supermetal» hasta ahora. Es normal, no es un vocablo de uso frecuente… pero no me lo he inventado yo. ¿Cómo podríamos definir el concepto de «supermetal»? Yo diría que, por regla general, hace referencia a una aleación metálica que presenta características particulares que se traducen en un rendimiento distintivo y muy superior al de las aleaciones precedentes.
¿Suena un tanto abstracto? Vale, te pongo un ejemplo para que lo veas claro. En 2015 la University of California (UCLA) presentó un metal compuesto por magnesio infundido con nanopartículas de carburo de silicio cerámico. El equipo científico responsable del desarrollo de esta innovación explicó que era la primera vez que se lograba integrar nanopartículas en metal fundido (de hecho, tuvieron que crear una técnica inédita de dispersión y estabilización de nanopartículas en metales). El resultado es un metal con potencial suficiente para revolucionar sectores como aeronáutica y automoción, ya que asombra por su resistencia, durabilidad y resistencia a alta temperaturas.
No me consta que la aleación que acabo de describir haya tenido repercusiones en la fabricación de alhajas, pero… ¿y si te digo que hay una empresa que lleva años utilizando una aleación de oro de 18 quilates con una dureza extraordinaria? Esta aleación se llama «Magic Gold» y es el resultado de la colaboración durante ocho años entre el gigante relojero Hublot y la Escuela Politécnica Federal de Lausana. Si te estás preguntando a qué me refiero con eso de «dureza extraordinaria», a porto datos para sacarte de dudas: una aleación tradicional de oro de 18 quilates presenta una dureza de 400 en un ensayo Vickers, el acero está en torno a 600 y el «Magic Gold» roza los 1000 (y la única forma de mecanizarlo es utilizando diamantes). ¿Cómo es posible? Gracias a combinar oro de 24 quilates con cerámica (carburo de boro para ser exactos).
Bien, seguro que ahora ya te haces a la idea de qué es un supermetal y de su potencial para cambiar las reglas del juego en la industria de la joyería. Ahora me gustaría contarte también cómo la impresión 3D puede tener un rol capital en la creación de nuevos supermetales.
¿Y si el aluminio pudiese ser tan duro como el titanio?
En el artículo “Impresión 4D: los materiales inteligentes conquistan la joyería” hablé acerca de nuevos materiales que van a poner a nuestro alcance todo un mundo de posibilidades por explorar. Ahora, sin embargo, voy a quedarme con un metal que conoces bien: el aluminio.
Como sabes, el aluminio no es un metal que se utilice de forma habitual en la fabricación de joyas. El motivo es evidente: no se considera un metal precioso. Aún así, es indiscutible que presenta algunas características que lo seductor (su ligereza y la posibilidad de ser anodizado, por ejemplo), pero es un metal muy blando para su uso en la elaboración de joyería… aunque esto no ha impedido que distintas firmas de alta joyería, como Chopard o Hemmerle, hayan apostado por este material. Otro metal reactivo, el titanio, sí se emplea de forma habitual, precisamente por la combinación de ligereza y resistencia que lo hace único.
Entonces, ¿qué ocurriría si el aluminio pudiese ser tan duro como el titanio? Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Pues me temo que no lo es. Es, de hecho, una realidad.
El pasado mes de octubre la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología (NUST MISIS), en Rusia, hizo público un éxito sin precedentes: su equipo de investigadores ha conseguido duplicar la solidez del aluminio impreso en 3D mediante sinterización láser. ¿Cómo? Tal y como explican en el artículo «Consiguen duplicar la solidez del aluminio impreso en 3D» publicado en 3D Natives:
«Para el desarrollo del aluminio impreso en 3D con de mayor resistencia, se utilizan gránulos de aluminio con una pureza de 99.7%. Gracias a la oxidación, el tratamiento alcalino y ácido y calcinación térmica a 1450 ° C, los gránulos se convierten en hidróxido de aluminio. En cada etapa del proceso, los investigadores verifican las impurezas del óxido, especialmente las de hierro y potasio, que han demostrado ser las más problemáticas. Con estos datos, el equipo modifica los tratamientos químicos, el lavado y la calcinación, dando un UHPA con una pureza de 99.99% y 99.999%».
Aquí tenemos un supermetal que no es fruto de una innovación en aleaciones, sino en su proceso de transformación. Fascinante, ¿verdad?
Hagamos ahora un ejercicio de imaginación: ¿y si fuese posible conseguir resultados análogos con otros metales, incluyendo los metales preciosos? ¿Cómo cambiaría la industria?
¿Qué aplicaciones se te ocurren para los supermetales en el sector de la joyería?
A mí no me cuesta demasiado imaginar piezas de joyería elaboradas con estos materiales. Asimismo, ofrecen muchísimas posibilidades en la elaboración de herramientas. Como sabes, en 925lab siempre ponemos el foco en la dimensión empresarial de la industria joyera… por tanto, ahí van algunas cuestiones sobre las que reflexionar:
- Lograr una diferenciación relevante no sólo es posible, sino obligatorio. Una forma de conseguirlo es la innovación en diseño mediante la aplicación de novedades técnicas: procesos de producción, materiales, etc. En la industria de la joyería no está todo inventado, ni mucho menos. De hecho, innovar es más importante que nunca.
- Anticiparse es imposible si no se cuenta con información suficiente. La información es poder, ya sabes. Si quieres comenzar a familiarizarte con los cambios que se avecinan para diseñar estrategias corporativas que te permitan prosperar, en 925lab podemos ayudarte. Para ir empezando, con el curso online «El futuro de la joyería en el canal retail: claves para triunfar en el S. XXI» y, si se te queda corto, mediante nuestros servicios personalizados.
- Siempre es un buen momento para revisar la propuesta de valor de tu negocio, tu compromiso con los consumidores que depositan en tu su confianza: piezas de joyería más ligeras, más resistentes, superiores. ¿De qué forma vas a transformar la vida de tu cliente objetivo?
- ¿Cómo afectará a la percepción del valor de los consumidores saber que es posible producir joyas que van a requerir poco o ningún mantenimiento? Ni siquiera se rallan (y mucho menos se deforman o se rompen). Menos reparaciones, desde luego. ¿Y cómo repercutirá en la labor de los tasadores? Recordemos que el valor de un material puede variar por distintos motivos… el aluminio, sin ir más lejos, fue tan caro como la plata hasta finales del siglo XIX.
¿Qué otras preguntas añadirías tú a este listado? Compártelas en el espacio reservado para los comentarios y todos aprenderemos. Si quieres saber más sobre todo esto, súmate a los cientos de profesionales del sector joyero que ya se han suscrito a nuestro boletín: newsletter de 925lab.
Leave a Comment