Como sabes, el 24 de febrero de 2022 comenzó la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Hace unas semanas analicé en este espacio los efectos que este hecho histórico podrían tener en el mercado del diamante a corto y medio plazo (si el tema te interesa, te recomiendo la lectura del artículo «La encrucijada del mercado del diamante tras la invasión de Ucrania»). No obstante, seguro que eres consciente de que las repercusiones de esta guerra no se van a limitar a la industria diamantera.
Hoy me gustaría que analicemos juntos otra de sus repercusiones más claras en el sector de la joyería. Soy José Francisco Alfaya, máximo responsable de 925lab, y te invito a que me acompañes.
¿Cuál es el posicionamiento de tu empresa?
Lo primero que debemos tener presente es que las consecuencias de este conflicto armado iniciado por Vladimir Putin van a ser muy difíciles de medir y van a extenderse en el tiempo de forma impredecible. En el ámbito de los intangibles, va a dejar una huella imborrable en la imagen-país de Rusia; en el ámbito de lo tangible, va a provocar secuelas graves tanto en su mercado interno como en el mercado global.
En lo que se refiere a nuestro sector, recordemos que Rusia tiene un gran peso específico debido a su papel como proveedor de materias primas (a destacar oro y diamantes) y como consumidor de joyería de alta gama (recordemos que el turista premium de este país ha sido un ávido comprador de este tipo de producto).
Como es evidente, lo anterior plantea retos y dilemas para todos los que desarrollamos nuestra actividad profesional en la industria de la joyería. Para los españoles, por una cuestión de proximidad geográfica: Ucrania es un país europeo. Para otros países, incluyendo nuestros países hermanos de habla española, porque el mercado global es mucho más pequeño de lo que podría parecer a simple vista.
Lo cierto es que cualquiera que sea responsable de tomar decisiones a alto nivel debe tener claro que hay tres aspectos clave que no puede pasar por alto ante la dicotomía que plantea la necesidad de posicionarse en contra o a favor (porque en algo así la neutralidad no existe):
- En primer lugar, las implicaciones éticas de continuar -o no- trabajando con clientes y proveedores rusos.
- En segundo lugar, el impacto reputacional de lo anterior.
- En tercer lugar, el impacto en la cuenta de resultados, a corto y a largo plazo.
Lo cierto es que las tensiones que están causando las sanciones económicas a Rusia nos afectan de forma generalizada. Tanto incrementos de coste alarmantes… y por tiempo indefinido, además («Sebime advierte del alarmante coste de las materias primas provocado por la guerra»), como restricciones en el acceso a materias primas («La LBMA prohíbe a las refinerías rusas operar en el mercado de Londres»).
Algunos han optado por tratar de «ponerse de perfil» y continuar trabajando con proveedores rusos, como si tal cosa («India se saltará las restricciones bancarias para seguir comprando diamantes a Rusia»). Otros han reaccionado con una agilidad envidiable y han buscado proveedores alternativos («La mayor joyera del mundo mira a Canadá para reducir su dependencia de Rusia»). Por parte de Rusia también hay movimientos, claro está («La minera rusa Alrosa abandona el Consejo del Diamante Natural y el de Joyería Responsable») y habrá más a futuro. Lo que está claro, y es algo que me gustaría pensar que todos hemos sido capaces de ver desde el primer momento, es que posicionarse va a resultar inevitable. Y que, como siempre, «no decidir es decidir».
Es evidente que los ingresos que genera la explotación de los yacimientos de diamantes por parte de compañías rusas, con especial protagonismo de Alrosa, están sirviendo para financiar el conflicto bélico, puesto que existe una participación estatal en el accionariado de estas empresas. Y, por tanto, es lógico y normal que algunos agentes del mercado lo denuncien («Miembros del Proceso Kimberley acusan a Rusia de vender ‘diamantes de sangre’») y son muchos los que han planteado esta cuestión desde el primer momento. El artículo «Should The Industry Still Sell Russian Goods?», firmado por Rob Bates para JCK Magazine, es un buen ejemplo, como lo es la carta abierta publicada por Global Gold Transparency Initiative: «Carta abierta a la industria joyera».
Y, en consecuencia, comienzan a ser legión los que han decidido adoptar medidas, más o menos expeditivas, al respecto. Señalando el camino a seguir:
- «Tous anuncia el cierre de todas su tiendas en Rusia».
- «La mayor cadena minorista de EE.UU no comprará metales ni diamantes procedentes de Rusia».
- «Chopard cesa su compra de diamantes rusos».
- «Tiffany no empleará diamantes rusos aunque se corten y pulan en otros países».
- «Swarovski becomes latest brand to pull out of Russia amid Ukraine invasion».
- «El sello español Tracemark excluye de su oferta a los diamantes y metales rusos».
Cuando existe una divergencia entre lo que se dice y lo que se hace, surgen los problemas. Un ejemplo patente es la crisis en el Responsible Jewellery Council (RJC) provocada por el hecho de no haber adoptado medidas firmes ante el drama que estamos viviendo: «Dimite la presidenta del Consejo de Joyería Responsable ante la inacción sobre Rusia».
Creo que todos, sin excepción, debemos preguntarnos si podemos permitirnos el lujo de estar del lado incorrecto de la historia: «Zelenski ante el Parlamento Belga: “La paz vale más que los diamantes”».
Pero eso no es todo, aún hay algo más.
El sector joyero debe redoblar su apuesta por la trazabilidad
Este análisis estaría incompleto si pasase por alto algo crucial: para aplicar las medidas que se deriven de situaciones de esta naturaleza resulta imprescindible disponer de los medios adecuados para garantizar una trazabilidad plena en nuestro sector. Desde la obtención de materias primas hasta el momento de compra por parte del consumidor. Sin eso no hay Responsabilidad Social Empresarial (RSE) posible, algo que será primordial para tener cabida en la sociedad que viene, en la que el consumo responsable irá ganando enteros de forma lenta, pero inexorable. Por eso resulta imprescindible dar respuesta a la pregunta ¿qué significa «responsabilidad»?, como plantea Michelle Graff en este artículo publicado en la revista National Jeweler: «What Do We Mean When We Say ‘Responsible’?».
Es algo en lo que llevo haciendo hincapié mucho tiempo y en lo que no voy a cejar, porque considero que se trata de uno de los retos más significativos que debemos afrontar para asegurar que la joyería sigue siendo relevante para nuestra sociedad. En otro caso, habrá una mayoría de ciudadanos que, antes o después, nos darán la espalda.
Por cierto, si quieres mantenerte al tanto de las novedades informativas sobre el impacto de la invasión d Ucrania en el sector joyero, desde una óptica española, no tienes más que visitar esta sección de Diario Joya: «ESPECIAL UCRANIA | Información actualizada con las repercusiones de la guerra en el Sector Joyero». Y si, además, no quieres perderte otros análisis como este, lo que tienes que hacer es sumarte a los cientos de profesionales de la industria joyera que ya reciben nuestro boletín: suscríbete al newsletter de 925lab.
Leave a Comment