¿Has oído hablar alguna vez de software open source (más conocido como «de código abierto» en lengua española)? Seguro que sí. Lo cierto es que esta filosofía ha jugado un papel esencial en la popularización de las impresoras 3D y, sin embargo, no vas a encontrar demasiada información al respecto en lo que se refiere al sector joyero.
Soy José Francisco Alfaya, máximo responsable de 925lab, y estoy convencido de que merece la pena que le dediques unos instantes a este asunto… más que nada porque todo apunta a que va a revolucionar nuestra industria a medio y largo plazo.
¿Qué es el código abierto?
Tal y como expone Wikipedia, «El código abierto es un modelo de desarrollo de software basado en la colaboración abierta. Se enfoca más en los beneficios prácticos (acceso al código fuente) que en cuestiones éticas o de libertad que tanto se destacan en el software libre» (si no tienes clara la diferencia entre software de código abierto y software libre, puedes salir de dudas con este artículo publicado en Genbeta: «¿Cual es la diferencia entre el Software Libre y el Open Source?»).
En resumidas cuentas, «la idea bajo el concepto de código abierto es sencilla: cuando los programadores (en Internet) pueden leer, modificar y redistribuir el código fuente de un programa, este evoluciona, se desarrolla y mejora. Los usuarios lo adaptan a sus necesidades, corrigen sus errores con un tiempo de espera menor a la aplicada en el desarrollo de software convencional o cerrado, dando como resultado la producción de un mejor software». Para profundizar en este concepto te invito a que consultes la definición que ofrece la Open Source Initiative en su página web (en inglés).
El software de código abierto está muy extendido. Por ejemplo, si estás visualizando este contenido desde el navegador Firefox, estás utilizando código abierto. ¿Quizás desde tu smartphone? Android es código abierto. De hecho, es muy probable que el servidor web que aloja estos contenidos corra en Linux, código abierto. Muchas de las grandes corporaciones tecnológicas, como Microsoft o Autodesk, han flirteado (o se han convertido sin ambages) al código abierto. Ahora bien, ¿por qué resulta atractivo? ¿Cuáles son sus virtudes y de qué forma está relacionado con la impresión 3D en la industria de la joyería? Vamos a verlo.
Ventajas del código abierto en el ámbito empresarial
Todo en esta vida presenta pros y contras; el código abierto también, por supuesto. Para comprender el impacto que puede tener en una empresa la utilización de soluciones de código abierto te recomiendo que leas este artículo publicado por el comparador de software appvizer: «CRM Open Source: pros y contras de un CRM de código abierto». Bien, ¿te estás preguntando cuáles son los motivos por los que muchas empresas apuestan por este tipo de soluciones? Yo destacaría los siguientes:
- Control: el acceso al código fuente permite la introducción de modificaciones que garanticen la máxima personalización atendiendo a las necesidades de la compañía.
- Independencia: la disponibilidad del código fuente minimiza el «efecto cerrojo» (o lock-in), la compañía puede cambiar de proveedor cuando lo desee.
- Adopción rápida de innovaciones: las mejoras incrementales que va generando la comunidad se implementan de forma ágil.
- Ahorro en licencias: por regla general, la compañía podrá evitar la compra de las licencias de uso habituales en el software privativo (los costes de instalación, configuración, mantenimiento y formación son siempre inevitables).
Hasta este momento nos hemos centrado en el software. Ha llegado el momento de que hablemos de la íntima relación entre open source e impresión 3D.
El código libre y la popularización de la impresión 3D
Lo cierto es que la filosofía que impulsa el código libre ha sido crucial para que la impresión 3D se generalice. Tal y como explican Maya M. Eckstein, JD, Hunton & Williams LLP en el artículo «Open source opens many licensing issues for 3D printing», «en el ámbito de la impresión 3D, el hardware de código abierto se ha utilizado principalmente en impresoras dirigidas al consumidor final, no tanto a escala industrial. Las impresoras 3D open source orientadas al consumidor final son bastante comunes, tratándose de equipos de sobremesa low-cost que pueden utilizarse tanto en el hogar como en instituciones educativas. La disponibilidad de este tipo de equipos ha sido esencial para la popularización de la impresión 3D».
Así, «el tipo más extendido de impresoras 3D open source son las «autorreplicantes» (self-replicating rapid prototypers), a las que se suele hacer referencia empleando el término «RepRaps». Estas impresoras pueden imprimir sus propios componentes haciendo posible, así, su «autorréplica», e incluso la mayor parte de las piezas necesarias para fabricar otro dispositivo idéntico» (como es obvio, hay elementos que deben ser aportados por el constructor: motores, varillas, sensores, correas, tornillos, etc.).
Tal y como mencionado con anterioridad, el software de código abierto está muy extendido; el hardware de código abierto, por el contrario, no lo está. Con la expresión «hardware de código abierto» hacemos referencia a artefactos físicos cuyo diseño está disponible para el público de modo que cualquiera puede utilizarlo, fabricarlo, modificarlo, distribuirlo y venderlo libremente (para más detalles recomiendo consultar la definición de la Open Source Hardware Association). Centrémonos por un momento en las impresoras 3D, ¿qué debe hacer un fabricante para que una impresora 3D se pueda considerar open source? Este artículo publicado en 3D Natives lo explica a la perfección: «Sigmax de BCN3D, oficialmente impresora 3D de código abierto».
Ahora que ya hemos concretado cuál ha sido el influjo del open source en la impresión 3D, tiene sentido que nos formulemos la siguiente pregunta: ¿tradicionalmente, cuáles han sido las virtudes de las impresoras 3D open source? Enumero a continuación algunas de las principales:
- Acceso a toda la información correspondiente a su fabricación, tanto a nivel de software como de hardware.
- Precios de venta competitivos (de hecho, muchas se venden tanto ensambladas como en kit, de modo que el propio usuario pueda montar su equipo).
- Repuestos a precios razonables (o que incluso puedes imprimir por tus propios medios, combatiendo así la obsolescencia programada.
- Alta compatibilidad (por ejemplo, con materiales de impresión de distintos proveedores).
- Comunidad de usuarios activa y buena atención al cliente (de no ser así, el descalabro del fabricante de la impresora en cuestión está garantizado).
- Etc.
¿Qué puede esperar la industria joyera de las impresoras 3D de código abierto?
Tal y como hemos visto, los equipos de impresión 3D de código abierto son algo habitual. Sin embargo, las altas exigencias de impresión propias de la industria joyera han limitado su alcance en nuestro sector; después de todo, es fundamental conseguir una calidad de impresión muy alta (en esto influye especialmente la resolución) y emplear, además, materiales calcinables aptos para microfusión. Como resultado, algunas tecnologías de impresión han quedado fuera de juego… pero la expansión de la estereolitografía está revolucionando el sector. El motivo es que cada vez hay equipos más asequibles para lograr impresiones de calidad aceptable para el uso en el sector joyero.
Un ejemplo del tipo de dispositivo que encierra potencial suficiente para cambiar las reglas del juego es la Prusa SL1. De hecho, la presentación de este dispositivo ha sido el detonante que me ha animado a dedicar atención a este asunto.
Con la Prusa SL1 como ejemplo…
Josef Prusa es el creador de una de las impresoras open source de tecnología FDM más vendidas (y mejoradas) de la historia. Con el objetivo de dar el salto a la tecnología MSLA, adquirió una compañía especializada hace unos años y ahora presenta el resultado en sociedad: la Prusa SL1: una impresora de resina que, según explica el fabricante, será apta para sectores que requieren impresión de alta resolución, como el dental o el joyero. Además de la impresora en sí, Prusa también comercializará una estación de limpieza y curado mediante LCD refrigerado.
Vídeo de presentación:
¿En qué me baso para afirmar que este dispositivo puede ser apto para la industria de la joyería? En la información que proporciona su fabricante, que indica será compatible con resinas calcinables de alta calidad y que ofrecerá una resolución de 0.047 mm (es decir, 47 micrómetros). ¿Esta resolución es alta o baja? Podemos utilizar una tabla comparativa elaborada por B9Creations para salir de dudas (click en la imagen para ampliar):
Hay una cuestión adicional a tener en cuenta: esta es la primera impresora MSLA de Prusa. Considerando el tamaño de la compañía y, sobre todo, de su comunidad, podemos esperar mejoras constantes a corto plazo. Esto es el principio, nada más (y nada menos).
El «efecto open source» en la impresión 3D de joyería
Desde mi punto de vista, la irrupción de Prusa en el mercado de las impresoras MSLA puede marcar un antes y un después para nuestro sector. Es cierto que en el ámbito de la fabricación aditiva hay verdaderos titanes en liza y que hay otras impresoras 3D open source en el mercado (por ejemplo, la mencionada B9Creator), pero no es menos cierto que Prusa es la marca más utilizada en todo el mundo y esta impresora es su apuesta para adentrarse en el terreno industrial.
¡Un momento! Ya me estoy imaginando los comentarios… «este tipo de impresoras de juguete no ofrecen solvencia suficiente para los verdaderos profesionales, no tienen nada que ver con los modelos que ofrecen una resolución de 10 micrómetros e imprimen en cera». No, en efecto, existen diferencias notables. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los diseños necesitan una resolución tan elevada, que la velocidad es un factor muy a tener en cuenta y que un desembolso menor significa mayor accesibilidad (menor inversión y rentabilización más veloz en un tipo de producto que se queda obsoleto con rapidez). Además, es necesario tomar en consideración factores adicionales: desde la facilidad de uso (incluyendo limpieza o confort, como pueden ser los niveles de ruido) a las necesidades de mantenimiento (las impresoras 3D antiguas presentaban infinidad de partes móviles, calibrarlas era un infierno y casi era necesario contar con un técnico de soporte en plantilla), pasando por la disponibilidad de repuestos, etc.
O mucho me equivoco, o la Prusa SL1 no es más que el pistoletazo de salida para impresoras -y consumibles- de coste reducido aptas para el profesional de la joyería. ¿Van a ser la solución idónea para todos? Por supuesto que no; de hecho, habrá profesionales que se pasen a modelos superiores (asumiendo que su precio va a ser muuuucho más alto) o que, contando ya con máquinas más potentes, opten por incorporar una de este tipo para prototipado rápido, por ejemplo.
Artículos recomendados para ampliar información:
- «Should Desktop 3D Printing Be Open Source or Closed Source?» por Joris Peels en 3Dprint.com.
- «3D Printing: Should You Go Open Source?» por Michael Molitch-Hou en engineering.com.
¿Y tú, qué piensas al respecto?
¿Tienes experiencia en primera persona trabajando con hardware open source? Compártela en el espacio reservado para los comentarios y todos aprenderemos (recuerda que se trata de un espacio para el debate con argumentos, no para la publicidad, y está sujeto a moderación). Ah, y si eres un profesional del sector joyero y deseas mejorar la gestión de tu negocio, lo tienes muy fácil. Encontrarás la información más útil en nuestro boletín, suscríbete ahora: newsletter de 925lab.
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Disclaimer.- No existe ninguna relación comercial entre 925lab y Prusa. Este artículo no intenta promocionar ningún producto, sino analizar un caso de estudio destacable por su capacidad de disrupción en el mercado de la fabricación aditiva en la industria de la joyería. Para cualquier consulta de naturaleza técnica y/o comercial sobre productos Prusa, dirígete a su fabricante. Gracias.
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