La realidad virtual es una tecnología que va a tener un profundo impacto, pero aún se encuentra en un estado incipiente de su desarrollo. Sin embargo, tenemos una alternativa que comienza a ofrecer un potencial real e inmediato para los profesionales del sector de la joyería: la realidad aumentada.
Qué es la realidad aumentada
¿A qué me estoy refiriendo cuando hablo de «realidad aumentada»? La realidad aumentada (RA) consiste en el visionado de un entorno físico que es enriquecido por información generada por un sistema informático (sonido, vídeo, imágenes, datos de geolocalización…). Así, los elementos físicos se combinan con elementos virtuales, obteniendo como resultado una realidad mixta, una suerte de «Realidad Aumentada» en tiempo real (en contraposición, la realidad virtual crea un mundo digital desvinculado por completo del físico).
¿Todo esto suena muy abstracto? Seguro que un ejemplo resulta útil. Por curioso que pueda resultar, el primer contacto de muchísimas personas con la realidad aumentada se ha producido gracias a un juego: el célebre Pokemon GO (click aquí para ver su vídeo presentación).
Aunque esta tecnología no es nueva, su uso todavía no está demasiado extendido y en la actualidad es necesario recurrir a dispositivos como smartphones o tablets para su implementación. Sin embargo, en el futuro seguro que dejará de ser así (cada vez hay más alternativas, por ejemplo en formato gafas) y pondrá a nuestro alcance posibilidades que merece la pena comenzar a explorar ya.
El papel de la realidad aumentada en el punto de venta de joyería
Un uso natural para esta tecnología en nuestra industria es mejorar la experiencia de compra, ya que se trata de un complemento ideal para el diseño y la impresión 3D. Veamos posibilidades:
- En un punto de venta físico, podría permitir que el cliente se «prueba» joyas sin ni siquiera tener que sacarlas de sus vitrinas o, algo mucho más importante, joyas que sólo tenemos en formato digital. Es decir, diseños de un «catálogo virtual» que cada vez será más habitual.
- En un punto de venta digital, jugaría un papel más importante aún. El cliente tendría la opción de interactuar desde cualquier dispositivo, «probándose» todas las piezas que quiera cuando le venga en gana, antes de adquirirlas online o de acercarse a un punto de venta físico para probarse la joya física, si está disponible, o un prototipo que habría encargado con anterioridad para evitar esperas innecesarias.
Ya hay sistemas de «prueba virtual» bastante avanzados y, antes de que nos demos cuenta, propuestas como la siguiente, para Pandora, serán algo habitual:
Ahora bien, ¿hay otras aplicaciones posibles para la realidad aumentada en el ámbito de la venta de joyas? Estoy convencido de que así es.
Yendo más allá: la realidad aumentada como instrumento para dotar a las joyas de valor extra
¿Podría la realidad aumentada permitirnos añadir una dimensión adicional a las joyas? Asómbrate con lo que están consiguiendo estos artistas:
Tal y como explica Estella Shardlow en el artículo «Augmented reality meets the art world» publicado en Apollo · The International Art Magazine, «para museos en búsqueda de nuevas formas de que sus colecciones cobren vida, el atractivo de la realidad aumentada es claro; esta tecnología admite capas de contenido multimedia como imágenes, vídeos, entornos 3D y animaciones sobre entornos u objetos reales» (más que reales, yo diría físicos).
¿Cómo se podría enriquecer la interacción con una joya mediante esta tecnología? ¿Facilitando información acerca de sus materiales? ¿Detalles acerca de sus fuentes de inspiración o su proceso de elaboración? ¿Quizás incluyendo información facilitada por el cliente? ¿E incorporando contenidos creados mediante colaboraciones con terceros? ¿No es un enorme abanico de posibilidades? Por ejemplo, ¿qué clase de animaciones podrían aplicarse al majestuoso dragón chino de la colección Círculos de Fuego de Carrera y Carrera?
Párate a pensarlo por un momento, ¿te lo imaginas? Enfocas la pieza con tu smartphone y todo cobra vida. ¿Qué impacto podría tener en el momento de la venta? ¿Y después, una vez que la joya haya sido adquirida por el cliente? ¿Qué sensaciones podría evocar?
Como dijo Nicolas Henchoz, director de la exitosa exposición «Gimme More, Is Augmented Reality the Next Medium?» en Eyebeam (Nueva York) en 2013, «la realidad aumentada permite que objetos cotidianos cuenten sus historias, revelen información e interaccionen con los usuarios en tiempo real. El resultado es un cambio radical derivado de la interdependencia entre el objeto y la información que lleva consigo».
No es necesario aclarar que el desarrollo de este tipo de propuestas no es gratuito, de modo que puede resulta difícil justificar esta inversión para cualquier pieza de joyería. Sin embargo, no me cabe duda de que abre un campo con enorme potencial que seguro que será explorado mediante colaboraciones entre firmas de joyería con un enfoque creativo y artistas de múltiples disciplinas, así como mediante patrocinios, etc.
¿Y tú, qué piensas acerca de la utilización de esta tecnología en nuestro sector? ¿Conoces algún caso concreto que merezca la pena destacar? Si es así, no dudes en compartirlo en el espacio habilitado para los comentarios bajo estas líneas. ¡Gracias!
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