Allá por marzo de 2017 publiqué un artículo titulado «Blockchain: la tecnología que va a transformar la industria del diamante», un artículo pionero sobre esta materia en lengua española. Hoy quiero destacar dos noticias recientes que, relacionadas entre sí y con el artículo que acabo de mencionar, pueden darnos muchas pistas acerca de posibles soluciones para aproximarnos a la trazabilidad de los diamantes de principio a fin.
Soy José Francisco Alfaya, impulsor de 925lab, y te animo a que descubras el impacto de las investigaciones de Mintek para identificar diamantes en bruto, por un lado, y del sistema láser de alta precisión de Opsydia, por otro.
Mintek presenta un nuevo sistema para averiguar el origen de los diamantes
Desde que las multinacionales dedicadas a la extracción de diamantes se vieron salpicadas por el escándalo de los «diamantes de sangre» y decidieron poner en marcha el Proceso Kimberley, esta industria ha buscado sin descanso un método científico para que permita determinar el origen de los diamantes. Aún a día de hoy uno de los grandes problemas que afronta esta industria es que la República Centroafricana es una fuente descontrolada de diamantes de conflicto. Esta situación de inestabilidad es un problema muy serio en la actualidad, con consecuencias nefastas para la población civil. Durante años el gobierno de la República Centroafricana ha restringido las exportaciones de diamantes de ciertas regiones, pero es incapaz de rastrear cada diamante de esas minas y poner fin a la violencia.
Con todo lo anterior en mente, tres científicos de Mintek, el brazo de investigación del Departamento de Recursos Minerales y Energía de Sudáfrica, han probado una variedad de técnicas en tres lotes de diamantes centroafricanos, en busca de pistas sobre sus orígenes. Analizaron tres enfoques diferentes y cuando el equipo dividió sus diamantes utilizando un método de ablación con láser llamado LA-ICP-MS concluyeron que la forma más clara y eficiente de analizar las propiedades de los diamantes era escanearlos entonces con espectrometría de masas de plasma.
Los diamantes naturales se forman en el manto de la Tierra y en su mayoría están hechos de carbono. Dado que un diamante se transporta a la superficie muy rápidamente, esos elementos que «arrastra» no cambian tanto y eso permite identificar una firma elemental. Al comparar esa «huella dactilar de diamante» con la de diamantes que se sabe son de la misma región fueron capaces de confirmar el origen de los tres lotes de diamantes.
Aunque se trata de un avance prometedor, debemos tener presente que existen varias dificultades para implementar esta técnica:
- Es necesario disponer de lotes de piedras que tengan el mismo origen (varias docenas de piedras, de hecho).
- Se trata de una técnica destructiva, ya que debe practicarse un orificio en el diamante (en diamantes en bruto no debería ser nada grave).
- Y, quizás lo más complicado, esta técnica necesita una extensa base de datos de diamantes para realizar las comparaciones.
No cabe duda de que se trata de un avance significativo, pero su implementación no está exenta de retos. Retos importantes, de hecho.
Opsydia sorprende con su nuevo sistema de marcaje láser de diamantes
Hasta la fecha, el proceso de verificación estándar para un diamante se ha realizado mediante números de serie y certificados, identificadores que pueden ser pirateados o neutralizados. Sin embargo, a partir de ahora un diamante se podrá vincular con su informe de clasificación mediante la adición de un identificador a nanoescala, de modo que la capacidad de rastrear su origen se incrementará de forma significativa. ¿Cómo? Gracias a los avances tecnológicos que ha logrado una compañía británica, Opsydia, ya que sus equipos de grabado permiten a los joyeros añadir información en el interior de las gemas (códigos, nombres de marcas, etc.) sin alterar su graduación de claridad o talla.
El sistema Opsydia utiliza un láser ultrarrápido de alta precisión para colocar logotipos, secuencias alfanuméricas o formas codificadas (conocidas como identificadores), tan pequeñas como 1 μ de diámetro, a una profundidad de hasta 0,25 mm debajo de la superficie de un diamante. Estos identificadores no son detectables con un microscopio de graduación estándar (es necesario aplicar una lente de 100 aumentos). El láser se enfoca con precisión solo una vez que pasa la superficie de un diamante, creando así el identificador a una profundidad seleccionada sin afectar la condición de la superficie o el pulido. Se puede usar debajo de cualquier parte de la superficie de un diamante, como la mesa o una faceta específica.
Desde Opsydia añaden que su tecnología ofrece nuevas oportunidades para los laboratorios gemológicos, los fabricantes de diamantes y las marcas de joyería de diamantes de lujo que desean alcanzar el siguiente nivel de seguridad y lucha contra la falsificación, al mismo tiempo que apoyan las iniciativas blockchain existentes. Este sistema puede ser utilizado por los laboratorios para colocar un número de informe debajo de la superficie de un diamante, creando así un vínculo físico entre una piedra específica y su informe, minimizando, así, el riesgo de fraude.
Este sistema, que se basa en tecnología láser desarrollada en la Universidad de Oxford, ha sido concebido para garantizar un rendimiento avanzado en entornos industriales. Así, puede grabar características de identidad únicas en melees con piedras de solo 0,5 mm de diámetro y es capaz de procesar de 50.000 a 100.000 piedras al año. La plataforma Opsydia utiliza encriptación de extremo a extremo para garantizar que los identificadores únicos de una empresa no puedan ser adquiridos y procesados de manera fraudulenta por otro cliente de la compañía.
¿Trazabilidad del diamante = blockchain + identificación en bruto + láser?
Bien, creo que atar cabos es relativamente sencillo. Si combinamos la tecnología blockchain con la posibilidad de identificar lotes de diamantes en bruto y su marcaje, comenzamos a vislumbrar opciones reales de controlar los flujos de piedras en bruto y talladas, que vienen a reforzar a las iniciativas ya existentes para garantizar la integridad de la cadena de suministro y la trazabilidad de la joyería, como la española Tracemark (caso de uso: Tous).
Sin embargo, y tal y como he expuesto, aún existen retos importantes para lograr resultados óptimos y desde luego no será a corto plazo… pero se trata de un hito con potencial para cambiarlo todo, dando un mayor control a las empresas de nuestra industria sobre sus procesos y reforzando la imagen del sector ante los consumidores.
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